Dr. Oromendia, Mi Estimado David:
A pesar de que afortunademante tengo bastante que investigar, siento compromiso con ambos (con él Dr. Oromendia por su fino trato, raro entre colegas, al menos Mexicanos, y con David Mendez Rascón, ya que es mi mero Ballantaine) por lo que al menos un poco de información que fundamente mis aseveraciones compartire con ambos, y con el que desee leerlo.
Para empezar debemos partir del concepto de premuidad, premunizión o inmunidad no esteril, la cual es como a continuación.
La inmunidad no-estéril (premunición; premunidad) es un estado de inmunidad protectora mantenida por la persistencia de un pequeño numero de organismos patógenos dentro de la corpórea. La pérdida de tales organismos, tal como por ejemplo debido al tratamiento farmacológico, puede resultar en retorno a la susceptibilidad y reinfección aguda. Recrudescencia de la infección premunizante en forma virulenta puede asimismo seguir a debilidad o esplenectomia. La premunidad es especialmente observada en enfermedades causadas por protozoarios de transmisión hemática, tal como babesiosis del ganado y perros, pero puede asimismo ser la base de la respuesta a la prueba de tuberculina en humanos.
Ahora bien en base a lo anterior, se puede especular que un fenómeno similar pudiese ocurrir con Giardia.
Prosigamos con otro concepto.
La inmunidad protectora contra los protozoos, esta mediada por mecanismos similares a los utilizados para eliminar a bacterias intracelulares y virus. El principal mecanismo de defensa frente a los protozoos que residen dentro de los macrófagos, es la inmunidad mediada por células, preponderantemente la activación de los macrófagos a través de citocinas derivadas de células T CD4+. Los protozoos se replican en el interior de la célula y pueden conducir a lisis de las células del huésped, así como a estimular respuestas CTL especifica, al igual que los virus citopáticos.
Ahora bien en base a lo anterior visualicemos el potencial daño celular por la eliminación, no control (conceptos ampliamente diferentes), de tales parasitos.
Continuemos con otros conceptos.
Se especula que Giardia posee un amplio rango de huéspedes. En la actualidad, todas aquellas aisladas en mamíferos son clasificadas como G. lamblia. Empleando secuencias de DNA provenientes de numerosos genes diferentes, se ha determinado que, al parecer, existen 2 o 3 genotipos de Giardia en gente, así como 2 distintos grupos genéticos aislados exclusivamente en perros. Sin embargo, sí estos varían en su actividad biológica, incluyendo potencial zoonótico, es en su mayoría desconocido. Existen resultados variables en relación al potencial de infección-cruzada de Giardia spp. aisladas. En un estudio, Giardia spp. proveniente de humanos fue inoculada en gatos; los gatos fueron relativamente resistentes a la infección. En contraste, evaluación de Giardia spp. humana y felina aisladas por medio de electroforesis isoenzimática, sugiere que los gatos pudiesen servir como reservorio para infecciones en humanos. Dado que es imposible determinar cepas zoonoticas de Giardia spp. a través de examen microscópico, parece prudente asumir que las heces de gatos y perros infectados con Giardia spp. sean un riesgo potencial para la salud humana. Giardia es un patógeno enterico común en perros y gatos, y puede ser detectado en heces de animales con o sin diarrea. Estos hallazgos enfatizan que examen fecal en todos los perros y gatos deberá ser efectuado al menos anualmente, y que tratamiento con fármacos anti-Giardia, tal como metronidazol, deberá ser administrado, de ser indicado. El albendazol es efectivo para el tratamiento de giardiasis, pero ha sido asociado con neutropenia. La vacunación contra Giardia deberá ser considerada en animales con infección recurrente, siendo esta practica en evaluación como terapéutica.
Terapéutica no profiláctica, estamos.
Prosigamos
La vacuna de Giardia spp. puede ser administrada a perros mayores a 8 semanas de edad por vía subcutánea en dos ocasiones con un intervalo de 2 a 4 semanas. En un estudio en 755 perros, reacciones adversas no fueron reportadas. En un estudio de desafió realizado 12 meses posteriores a la segunda inmunización, solo 9 de 20 perros vacunados excretaron quistes. Los perros vacunados excretaron quistes durante un periodo de 7 días en comparación a 37 días en los perros administrados con placebo. El número promedio de quistes excretados por gramo de heces por día fue de 0.8 y 670, respectivamente, para los perros vacunados y los perros placebo. Es ahora aparente que existen cepas de Giardia perro-especificas: la eficacia de la vacuna en contra de estas cepas es desconocida. Dado que la enfermedad generalmente no representa una amenaza para la vida y presenta una respuesta a la terapia de al menos el 90%, la vacunación rutinaria como medida preventiva al parecer es innecesaria. La inmunoterapia con la vacuna de Giardia ha auxiliado en la eliminación de la excreción de los quistes, así como de la diarrea, en algunos perros infectados. En un estudio en 17 perros con giardiasis resistente, la excreción de quistes y la diarrea resolvieron en todos los perros posteriores a la administración de 2 dosis de vacuna de Giardia.
Cuando la vacuna de Giardia es administrada en dos ocasiones a gatos, esta disminuye el numero de quistes excretados, así como la enfermedad clínica posterior a desafió con una cepa heterologa. No obstante a que los manufactures reportan en estudios preliminares efectos adversos no significativos, la vacuna contiene adyuvantes y es administrada en forma subcutánea, lo que en consecuencia puede ultimadamente probar la asociación con fibrosarcomas. Adicionalmente, es ahora conocido que existen múltiples Giardia spp., incluyendo una cepa felina-especifica. Es desconocido sí la vacunación es protectora en contra de cepas distintas a aquella empleada en los estudios de desafío. Basado en un estudio en perros, se propuso que la vacuna presenta utilidad como agente inmunoterapéutico. Sin embargo, en un estudio experimental en gatos infectados, la vacuna fue ineficaz para el tratamiento de giardiasis.
En consecuencia, el fundamento para la vacunación es débil, especialmente dado que algunos de los signos de la enfermedad aparecen debido a la respuesta inmune del huesped, más que al parasito per se.
He ahi parte de mi fundamento.
Totalmente abierto a la critica, la critica fundamentada es de lo más constructiva.
Horacio Mariño M.
Santiago de Querétaro - México