Hola Dr. Moreira
Un poco tarde leí el tema que sacaste a colación, pero como solía decir en la facultad: "llego tarde pero sin sueño".
Es verdaderamente interesante el tema que tratas, y en mi opinión falta organización al gremio y unión para lograr crecimiento.
Me explico: antes había muchos menos veterinarios que en la actualidad y el trabajo llegaba en gran cantidad por lo mismo de las pocas opciones.
Hablando de un caso concreto, en la ciudad de Puebla, México, suelo decir un poco en broma, un poco en serio, que hay más veterinarias que cantinas y bares, y si de por sí esta es una profesión difícil, sobrevivir cuando el colega que está a la vuelta de tu negocio cobra la mitad y el que está a 2 cuadras cobra la 3a parte, te hacen más difícil la existencia. La competencia debe de existir, pero no por cobrar menos, sino por ser mejor o dar más servicios.
El sistema que usamos para establecernos fue poner una clínica entre 5 compañeros de la universidad y así dividir los gastos entre 5 y multiplicar la clientela por 5 (no dividirla). Clientes nuevos se turnaban por rol entre todos, pero si era recomendado por el cliente de algún compañero, se le destinaba a él. Todos los servicios que se hacían (vacunas, cirugías, consultas, etc.) se cobraban y se dejaba en caja un 35% de lo cobrado por concepto de servicio de uso de la clínica, que se destinaba a pago de servicios: renta, luz, teléfono, etc. De esa manera si trabajabas mucho, aportabas mucho, pero si no habías tenido trabajo, no tenías que hacer pagos de ningún tipo.
Hay muchas cirugías en que se necesitan 4 manos y siempre había un compañero ahí o un caso difícil en donde hasta 5 cabezas pensaban y polemizaban (sin atinarle nunca, jaja) y cada quien se manejaba mejor en algún campo.
Creo que debemos ver en el ejemplo de los médicos y las policlínicas en donde varios médicos se asocian y hacen un gabinete de varias especialidades. Claro está, en esto interviene también la humildad y generosidad de cada quién "no sé de ésto, lo refiero a mi colega". En ellos no vamos a ver a un dentista atendiendo un parto o un ginecólogo tratando una uña enterrada.
El tema da para más y no quiero extenderme, espero que más colegas participen y nos platiquen sus experiencias y comentarios.
Saludos desde Mérida, Yucatán, México
Juan Pablo Sánchez Rubí