Yo no soy Veterinario Etólogo pero quiero aportar con lo tocado sobre agresividad en la segunda jornada de la Asociación Veterinaria Latinoamericana de Zoopsiquiatría, recientemente en Lima y de paso me sirve como un repaso en el tema.
Definición: La agresión es un comportamiento que limita la libertad del otro y además su capacidad para reproducirse. Es un comportamiento ofensivo o defensivo, apropiado o inapropiado, adaptativo o maladaptativo que se manifiesta mediante una amenaza o ataque.Â
La Agresión en sí no es una patología porque es parte de la naturaleza, es más bien un signo reaccional que cuando ocurre con mascotas de compañía en un ámbito familiar se debe considerar una emergencia.
Una estadística que me alarmó y que la veo hecha una realidad es que los Médicos Veterinarios perdemos anualmente el 15 % de nuestros pacientes (son regalados, mudados, hechados o eutanasiados) por problemas de comportamiento, que muchas veces no podemos identificar adecuadamente, dejamos que se maneje inadecuadamente el problema (adiestradores como la panacea) o manejamos personalmente de manera inadecuada el tema (minimizando un problema creciente) o simplemente no derivamos donde un especialista en comportamiento.
En Argentina se ven alrededor de 100 mil casos de mordeduras anuales, en el Perú debe ser un número similar o mayor por la cantidad de perros callejeros que existen.
En la consulta es de suma importancia identificar metódicamente de que tipo de problema de agresión estamos tratando para poder darle el manejo más adecuado.
Tipos de Agresión: INTRAESPECÍFICA, INTERESPECÍFICA, INTRAGRUPO Y EXTRAGRUPO.
Tipos de Agresión:
Por Dolor, Anticipatoria.
Por una incorrecta socialización: Por miedo(perros escondidos), Predatoria y de Persecución (¿Territorial?)
Por fallas en la jerarquización como son:  Jerárquica, competitiva, redirigida, por irritación(muy frecuente en niños), agresión territorial ,sobreprotectora y/o maternal.
La agresión común se debe dividir en 3 fases o secuencias:
Fase Apetitiva o Intimidatoria: Fase inicial con gruñidos, enseña los dientes en señal de amenaza, miembros rígidos y andar robótico, piloerección, eleva la cola, orejas rectas, pupilas en miosis, etc.
Fase Consumatoria: Es la agresión propiamente dicha, puede darse como mordidas o como simples pellizcos (no minimizar los pellizcos, es un paso anterior a que pueda ocurrir una mordedura en cualquier momento).
Fase de Apaciguamiento: Cese de la mordida, retorna a la tranquilidad y al equilibrio, pueden haber lamidos y/o mordisqueos del lugar mordido (signos de dominancia no de arrepentimiento), colocación de una pata sobre espalda del atacado, huida en algunos casos.
Muchas conductas inadecuadas de los dueños permitiendo la dominancia del perro, con victorias sucesivas pueden llevar a una Instrumentalización de la agresión, la cual sí es patológica y muy peligrosa. Se presenta por estados ansiosos y fóbicos, es asociada a una agresividad por anticipación.
Intrumentalización: Desaparece la fase intimidatoria, se exacerba la fase consumatoria y demora en llegar la fase de apaciguamiento. Es patológica y muy peligrosa. Se habla de Hiperagresividad secundaria y/o en casos de disocialización cuando no se controla la agresividad también.  Requiere tratamiento integral conductual y el uso de psicotrópicos.
IDENTIFICAR LA CAUSA QUE DESENCADENA EL SIGNO DE LA AGRESIÓN, POSIBILITARÃ INSTAURAR UN TRATAMIENTO. Por esto una correcta semiología realizada con mucha dedicación, observación y paciencia es la clave del éxito y por supuesto la colaboración sincera de los dueños.
En el consultorio o en su medio ambiente hacer una observación a distancia (Lo primero descartar un caso de rabia) para ver como lo tratan y lo llaman los dueños primero, ver si es sociable, miedoso, agresivo, etc. Una vez dentro del consultorio tener cuidado al revisarlo porque los perros son neofóbicos (miedo a lo nuevo y si lo asocian con dolor peor) y luego suelto en el piso con el dueño presente observar su comportamiento (tímido, explorador, explora en estrella, se queda pegado al dueño, está al acecho, etc).
Terapias comportamentales: Dentro de las terapias comportamentales se recomienda una regresión social dirigida o que el perro tenga un lugar neutro (un área de aislamiento sólo para él y sin perspectiva visual a los amos). Evitar los acercamientos y coherciones inútiles en el lugar de aislamiento (ni hablarle en su lugar de aislamiento).
Tener el dorso inclinado hacia y sobre él (hombros hacia adelante), cuando le den órdenes, en postura de dominancia hacia él pero no mirarlo a los ojos sino la mirada debe ir sobre su lomo o cola, nunca a los ojos.
Evitar gestos desafiantes y ante una agresión no correr, inmovilizarnos o retroceder lentamente.
Que los dueños lo acaricien únicamente cuando lo llamen y previo a la caricia pedirle acciones (órdenes de entrenamiento) y recompensarlo cuando haga caso con las caricias.
Que el animal coma siempre después que la gente.
Evitar hablarle y tratar de tranquilizarlo cuando tenga miedo porque refuerzan los momentos que le dan miedo al animal.
Usar correa y collar y sólo si es necesario bozal, el uso de collar-cabestro es útil en razas grandes y gigantes.
Finalmente yo también he tenido experiencias nada agradables con un Shar-Pei que era imposible siquiera aplicarle antipulgas por agresivo y toda la familia le temía salvo el padre de familia a quien únicamente el perro respetaba y obedecía, el resto de la familia fue dominada por el perro. Concuerdo con la utilidad de la terapia utilizada por el Dr. Bruno retirándole la atención social al perro y ejercitándolo como un ansiolítico.
El uso de psicotrópicos no lo toco y lo dejo a criterio y experiencia de quienes los usan adecuadamente y con buenos resultados, porque yo en mi corta experiencia no los he utilizado aun.
Atentamente:
Gonzalo Pinillos Jochamowitz
Lima- Perú