Totalmente de acuerdo con los conceptos vertidos por Humberto Vázquez Mantilla, joven Medico bastante estudioso (aunque algo soberbio) que ha mostrado una superación profesional notable dentro de su Gremio local.
Ahora bien, el tema trata de Inmunización en cachorros y destete. Porque mejor vamos clarificando los diferentes conceptos inherentes a inmunidad, para poder tener un dialogo de altura. Pretendiendo sea de utilidad desde el estudiante de primer grado, hasta el Viejo Lobo de Mar (él cual por lo general y frecuentemente, aunque existen sus notables excepciones, cree saberselas de todas todas, siendo esto totalmente falso, porque en esto de la medicina nunca se termina de estudiar, y entre más se aprende más se es conciente de lo que se desconoce).
Conceptos &
INMUNIDAD
Horacio Mariño Munguía
Medico en Perros & Gatos
Clinicas Veterinarias & Acuarios Hobbissimo
Santiago de Querétaro - Querétaro
MEXICO
Inmunidad implica no-susceptibilidad a la invasión o efectos patogénicos de organismos extraños, o a los efectos tóxicos de sustancias antigénicas. Asimismo es definida como un estado de alta reactividad a un antígeno, de manera tal que el antígeno es aglutinado o eliminado más rápidamente que en un estado no-inmune. En consecuencia, incluye a todos los tipos de inmunidad mediada por células e inmunidad humoral, pero no a la tolerancia inmune. Sinónimos: inmunidad protectora e inmunidad funcional.
Inmunidad protectora implica inmunidad no-especifica y/o inmunidad específica que es protectora, por ejemplo en contra de microorganismos patogénicos, en contraste a la inmunidad estimulada a través de un antígeno experimental tal como la ovalbumina, o por un antígeno interno de un patógeno. Los antígenos protectores son aquellos de un microorganismo patogénico, que sí son administrados en solitario estimularan una respuesta inmune capaz de proveer protección en contra de la infección por dicho organismo.
Inmune implica protección en contra de enfermedades ya sea por (i) mecanismos específicos o (ii) mecanismos no-específicos. Ejemplificando, (i) aquellos que han sido vacunados en contra, o se han recuperado de, poliomielitis, son inmunes a esta; y (ii) todos los humanos son inmunes al distemper canino. Asimismo implica un estado en el cual posterior al contacto con un antígeno, el tejido muestra una alteración específica en su reactividad a dosis subsiguiente de tal, dado que estos ahora exhiben una respuesta de inmunidad mediada por células o inmunidad humoral en contra del antígeno.
Como un concepto general, la inmunidad específica es una no-susceptibilidad a re-infección por un patógeno, la cual se desarrolla en individuos los cuales sobreviven al primer encuentro con dicho patógeno. Los mecanismos subyacentes de esta forma de protección, desempeñan un rol en múltiples aspectos de la hemostasis otros diferentes a la defensa en contra de infecciones. Inmunidad específica en un sentido más amplio, significa inmunidad resultante del reconocimiento del antígeno de manera tal que anticuerpos y/o linfocitos T son producidos para que puedan reaccionar específicamente en contra de dicho antígeno.
La inmunidad no-específica implica mecanismos para la remoción de macromoléculas, microorganismos o metazoarios extraños y potencialmente dañinos, lo cual no implica el reconocimiento de antígenos y el emprender una respuesta inmune específica. Tales mecanismos incluyen la acción de la lisozima o interferones antivirales, además de fagocitosis y barreras químicas y físicas a la infección. La inmunidad protectora en invertebrados es del tipo no-específico. Inmunidad específica e inmunidad no-específica se encuentran íntimamente ligadas en vertebrados, por lo cual frecuentemente es imposible desasociar sus acciones.
La respuesta inmune consiste en la respuesta específica a un antígeno. En consecuencia, incluye a las respuestas de la inmunidad mediada por células, la inmunidad humoral y en su sentido más amplio a la tolerancia inmune, aunque estrictamente hablando, la última es un estado de no-reactividad inmunológica específica.
Las teorías selectivas de la respuesta inmune son aquellas que proponen que los linfocitos, antes de cualquier exposición a un antígeno, son ya pre-programados con la información necesaria para emprender una respuesta específica de inmunidad humoral o inmunidad mediada por células a dicho antígeno. Al contacto con un antígeno, los linfocitos T o los linfocitos B con receptores específicos para dicho antígeno, son estimulados a producir una respuesta inmune mediada por células o anticuerpos. Los ejemplos mejor conocidos son: la hipótesis de cadena lateral de Ehrlich, la hipótesis de selección de Jerne y la teoría de selección clonal de Burnet. La forma de teoría selectiva propuesta por Sir MacFarlane Burnet, es ahora aceptada de ser esencialmente correcta. De acuerdo a esta teoría el individuo normal porta un complemento de clones de linfocito capaces de reaccionar con todos los posibles epitopes (la región sobre una molécula antigénica a la cual el receptor de la célula T o el anticuerpo se aglutina específicamente, asimismo denominados como determinantes antigénicos). Durante la vida fetal, aquellos clones reactivos en contra de autoantígenos son eliminados o se tornan anérgicos al contacto con el antígeno, resultando en tolerancia inmunológica. Posterior al nacimiento, un cambio en la respuesta al contacto con antígenos ocurre, en consecuencia la respuesta normal es proliferativa (producción de anticuerpos y presencia de inmunidad medida por células). Posteriormente durante el transcurso del ciclo de vida, algunos clones auto-reactivos persisten en un estado anérgico y se tornan activos, conduciendo a enfermedades autoinmunes. Esta teoría es ahora generalmente aceptada, en términos generales, como una descripción precisa del sistema inmune.
La respuesta inmune primaria es la respuesta de la corpórea a un antígeno en la primera ocasión que estos se encuentran. Característicamente, bajos niveles de anticuerpos son lentamente producidos, pero la sensibilización de los tejidos linfoides permite que una respuesta inmune secundaria sea evocada en el subsiguiente desafió. Las respuestas de la inmunidad mediada por células siguen un patrón similar.
La respuesta inmune secundaria es la respuesta del sistema inmune a un antígeno al cual este ya ha sido sensibilizado y en consecuencia presenta memoria. Existe sumamente rápida producción de grandes cantidades de anticuerpos durante pocos días seguido por un lento descenso exponencial. La respuesta de la inmunidad mediada por células presenta un patrón similar. Un descenso en la titulación de anticuerpos observada inmediatamente posterior a la administración de una segunda o ulterior dosis de antígeno a un animal sensibilizado, es denominado como fase negativa. Esta es debida a la combinación del antígeno con los anticuerpos preexistentes en la circulación.
La inmunidad mediada por células es la inmunidad específica mediada por linfocitos T, los cuales reconocen antígenos aglutinados al complejo mayor de histocompatibilidad mostrados estos en la membrana celular. Lo cual resulta en proliferación y maduración de células T antígeno-especificas para formar células T efectoras. Tal es esencial en la defensa en contra de múltiples infecciones virales y algunas bacterianas. Asimismo importante en el rechazo de aloinjertos. Las células T activadas liberan citocinas con efectos sobre otros tipos celulares, en consecuencia la célula efectora de la inmunidad mediada por células puede ser otra célula diferente a un linfocito T.
El termino inmunidad celular fue acuñado por Metchnikoff para referirse a una incrementada habilidad de las células fagocíticas para destruir o digerir organismos parasíticos, y adecuadamente así empleada. En consecuencia es un sinónimo para inmunidad por macrófagos. En ocasiones es empleada para referirse a la inmunidad mediada por células.
La inmunidad humoral es una inmunidad específica mediada por anticuerpos, y en consecuencia, ultimadamente a través de linfocitos B.
La inmunodeficiencia considera a cualquier condición en la cual exista una deficiencia en la inmunidad mediada por células o la inmunidad humoral.
La tolerancia inmune es la inducción específica de una no-reactividad del tejido linfoide a un antígeno capaz en otras circunstancias de inducir activa inmunidad mediada por células o inmunidad humoral. Esta puede seguir al contacto con el antígeno en vida fetal o post-natal temprano, o en adultos, posterior a la administración de sumamente altas o sumamente bajas dosis de determinados antígenos. Reacciones inmunológicas a antígenos no-relacionados no son afectadas por la inducción de tolerancia a cualquier antígeno determinado. La tolerancia puede ser debida a anergia, eliminación clonal o supresión activa de clones antígeno-específico de linfocitos T o B.
La reacción inmunológica es in vivo, cualquier reacción o respuesta originada a partir del contacto de linfocitos sensibilizados o no-sensibilizados con, o la combinación de anticuerpos con, un antígeno. Ejemplificando, división celular, activación de linfocitos, producción de anticuerpos, inducción de tolerancia inmune, rechazo de injerto, hipersensibilidad, entre otras. Mientras que in vitro, cualquier cambio cuantificable resultante de la combinación de un anticuerpo con, o la respuesta de un linfocito sensibilizado a, un antígeno. Ejemplificando, precipitación, neutralización viral, entre otras.
La no-reactividad inmunológica consiste en la falla para responder al contacto con el antígeno. Puede ser específica para un determinado antígeno, tal como en la tolerancia inmunológica, o puede ser generalizada, dado que existe no-reactividad no-especifica a múltiples antígenos, tal como por ejemplo en estados de inmunodeficiencia o posterior a terapia con un agente inmunodepresor.
La inercia inmunológica es una depresión especifica de la inmunidad, otra diferente a la tolerancia inmune, dirigida a los antígenos de histocompatibilidad del progenitor o de la progenie en vivíparos, lo cual significa de la madre a los fetos y viceversa.
La autoinmunidad son reacciones de inmunidad humoral (autoanticuerpos mediada) y/o inmunidad medida por células, específicas a constituyentes de tejidos propios de la corpórea (autoantígenos). Sí las reacciones entre los autoanticuerpos o linfocitos T y autoantígenos resulta en daño tisular, estas pueden ser consideradas como reacciones de hipersensibilidad. Cuando tal daño es lo suficiente para causar cualquier anormalidad clínica, una enfermedad autoinmune es presente.
Enfermedad autoinmune . Desorden clínico resultante a partir de una respuesta inmune en contra autoantígenos. Para satisfacer esta definición se precisa que la enfermedad deba: (i) mostrar evidencia de una respuesta inmune en contra de autoantígenos; (ii) mostrar lesiones, con la presencia de células inmunologicamente competentes o anticuerpos, relacionados a la distribución de tales antígenos; y (iii) ser reproducible en animales experimentales posterior a la inyección del antígeno relevante, y ser transferible desde tal animal a animales normales por medio de transferencia pasiva de linfocitos o anticuerpos. El término es asimismo vagamente empleado a enfermedades asociadas con la presencia de autoanticuerpos, aún cuando estos no son de significado conocido en la patogénesis.
La inmunidad natural o inmunidad nativa es una inmunidad no-especifica resultante de la constitución genética del huésped, ejemplificando inmunidad del hombre al distemper canino.
La inmunidad adquirida es la inmunidad que se desarrolla como respuesta especifica a una sustancia u organismo antigénico.
La inmunidad adquirida naturalmente es la inmunidad adquirida por exposición al azar al antígeno, en oposición a la inmunidad adquirida como resultado de inmunización deliberada.
La inmunidad adquirida artificialmente es una inmunidad protectora adquirida a través de vacunación o por medio de inmunización pasiva, en contraste a la inmunidad adquirida naturalmente, la cual es seguida del contacto al azar con antígenos y organismos medioambientales.
La inmunidad activa es la protección debida al desarrollo de una respuesta inmune en un individuo, posterior a la estimulación por un antígeno, por ejemplo en la vacunación o durante infección.
La inmunidad pasiva es una inmunidad debida no a la producción de una respuesta inmune específica por un individuo, sino a la presencia en sus tejidos de anticuerpos o linfocitos sensibilizados derivados a partir de otro individuo inmune. Ejemplos son la inmunidad del neonato en contra de múltiples agentes infecciosos debido a la transferencia placentaria o calostral de anticuerpos maternos, además del empleo de antitoxinas para brindar protección en contra de difteria o tétanos. En el caso donde linfocitos son transferidos (transferencia adoptiva), el término inmunidad adoptiva es frecuentemente empleado. Enfatizando que la inmunidad adoptiva es una inmunidad pasiva transmitida no por anticuerpos sino por linfocitos.
La inmunidad maternal (inmunidad transferida maternalmente) es una inmunidad pasiva (de tipo de inmunidad humoral) adquirida por el animal neonato a partir de su madre. En el hombre y otros primates esta es primordialmente obtenida antes del nacimiento por medio del transporte activo de inmunoglobulinas a través de la placenta. Los ungulados jóvenes, en los cuales los anticuerpos no son transferidos a través de la placenta, adquieren esta a partir del calostro, dado que sus intestinos son permeables a las globulinas durante pocos días posteriores al nacimiento. En todos los mamíferos IgA secretora en el calostro provee protección pasiva para la mucosa intestinal.
La inmunización consiste en la administración de un antígeno con el fin de producir una respuesta inmune a tal. En el contexto clínico el termino es empleado más específicamente con el significado de administración ya sea de antígeno(s), para producir inmunidad activa, o de anticuerpos, para producir inmunidad pasiva, lo cual con objetivo de conferir protección en contra de los efectos dañinos de sustancias antigénicas u organismos.
La inmunización activa es la estimulación de una respuesta inmune en un individuo con objetivo de conferir protección en contra de una enfermedad. Efectuada esta a través de la exposición a antígenos protectores, ya sea durante el curso de la infección (la cual puede ser subclínica) o por medio de la vacunación. La protección efectuada toma una semana o mas en desarrollar, pero es entonces de larga duración y rápidamente reactivada por reexposición.
La inmunización pasiva implica el empleo de anticuerpos o linfocitos sensibilizados de un individuo inmune, con el fin de producir inmunidad pasiva en contra de una sustancia antigénica (p.e. toxinas) u organismos en un animal no-inmune. Entendiendo por animal no-inmune a aquel que no ha sido sensibilizado con un antígeno determinado. Esta proporciona inmunidad de corta duración, así que su empleo es restringido a la terapia o a la profilaxis de corta duración y no es adecuada para la protección a largo plazo. Ejemplos en humanos incluyen: empleo de antitoxina diftérica para el tratamiento de la enfermedad; antitoxina tetánica como precaución en heridas profundas y contaminadas; y gammaglobulina en síndrome de deficiencia de anticuerpos. Entre las numerosas aplicaciones en animales no humanos, la inmunización pasiva de corderos neonatos en contra de enfermedades clostridiales puede ser enfatizada.
La inmunoterapia es el tratamiento de enfermedades por medio de inmunización activa o inmunización pasiva, o por el empleo de agentes diseñados para potenciar o suprimir las acciones de los linfocitos.
La inmunoprofilaxis es la prevención de enfermedad por medio del empleo de vacunas o antisueros.
La inmunización profiláctica es el empleo de inmunización para prevenir enfermedad. Generalmente, pero no siempre, empleando inmunización activa, la cual presenta un mayor efecto prolongado en relación a la inmunización pasiva.
Un estado hiperinmune es posterior a la exposición repetida a un antígeno en lo particular, en el cual grandes cantidades de anticuerpos específicos, o sumamente altos niveles de inmunidad mediada por células, son presentes.
La memoria inmunológica es un concepto postulado para explicar la capacidad del sistema inmunológico para responder más rápida y vigorosamente a subsiguientes exposiciones a un antígeno, a diferencia de en la primera exposición.
La inmunidad concomitante es la resistencia a (i) la reinfección por un parasito o (ii) el recién establecimiento de un tumor en un huésped ya infectado con el parasito o padeciendo un tumor. No obstante, el crecimiento primario aparentemente es inafectado por la respuesta inmune, la cual solo destruye a los organismos desafiantes o a las células tumorales. El término fue originalmente empleado en inmunología tumoral, pero es ahora usado ampliamente en inmunidad a los parásitos, especialmente en esquistosomiasis.
La inmunidad no-estéril (premunición; premunidad) es un estado de inmunidad protectora mantenida por la persistencia de un pequeño numero de organismos patógenos dentro de la corpórea. La pérdida de tales organismos, tal como por ejemplo debido al tratamiento farmacológico, puede resultar en retorno a la susceptibilidad y reinfección aguda. Recrudescencia de la infección premunizante en forma virulenta puede asimismo seguir a debilidad o esplenectomia. La premunidad es especialmente observada en enfermedades causadas por protozoarios de transmisión hemática, tal como babesiosis del ganado y perros, pero puede asimismo ser la base de la respuesta a la prueba de tuberculina en humanos.
Inmunidad de manada es un concepto que abarca una variedad de factores que tornan a grandes grupos naturales de animales (incluyendo humanos) no susceptibles a una infección. Esta puede, por tanto, no tener relación con la inmunidad específica. En consecuencia, la inmunidad de manada puede ser llevada a cabo a través de proveer agua limpia o adecuado drenaje, ejemplificando, epidemias o plagas no ocurren más dado que en las sociedades modernas el contacto humano-pulga-rata ha sido derribado. Sin embargo, la inmunidad específica desempeña una parte en la inmunidad de manada, ejemplificando nuevamente, cuando un porcentaje suficientemente amplio de la manada es inmune las epidemias no pueden diseminarse.
La eliminación inmune consiste en la remoción exponencial de antígeno a partir de la corpórea, esto como resultado de la eliminación y destrucción por anticuerpos y/o células efectoras. Esta inicia pocos días posteriores a la administración inicial del antígeno, pudiéndose mostrar eliminación de la circulación de antígenos radio-marcados mucho más rápido en animales inmunes que en animales no-inmunes.
La exclusión inmune es un proceso por el cual el acceso del antígeno dentro de la corpórea es evitado por una respuesta inmune específica dirigida a tal antígeno. El término es más frecuentemente aplicado a la regulación en la absorción del antígeno a través de las superficies mucosas. Este es asimismo empleado para describir un mecanismo a través del cual se evita que las larvas de helmintos se establezcan en el intestino.
Una barrera inmunológica es una barrera anatómica que evita o atenúa una respuesta inmune en contra de un antígeno. Ejemplos son: la placenta (la cual evita el rechazo inmunológico de los fetos mamíferos) y el humor acuoso del ojo (el cual permite realizar injertos aloantigénicos en la cámara anterior).
La vigilancia inmunológica postula el continuo monitoreo de las células de la corpórea a través del sistema inmunológico, de manera tal que las células aberrantes originadas por mutaciones somáticas y conteniendo nuevos antígenos son rápidamente destruidas. Sugerido por Burneo como un mecanismo de control en la prevención de neoplasia.
Inmunopotenciación es un término empleado, en un sentido sumamente general, para el incremento artificial de la respuesta inmune. Es en consecuencia el opuesto de inmunodepresión. Esta es producida por una amplia variedad de agentes, por ejemplo adyuvantes.
La inmunosupresión es la supresión artificial de las respuestas inmunes. Empleada para incrementar la supervivencia de los aloinjertos.