Saludo con mucho agrado a los colegas de Latinoamérica, en especial de mi querida Argentina natal. Hace sólo 5 años vivo y trabajo en Chile, y espero con ansias una pronta visita a mi país
Un gran amigo me recomendó este foro y hace unos días me involucro con curiosidad. Dediqué un buen rato a repasar los temas que se discutieron, uno en particular despertó mi interés. No pensaba opinar, había visto el tema como terminado, hasta percatarme de que hoy se volvió a tocar.
La Profesión Veterinaria involucra según mi punto de vista mucho conocimiento técnico, pero todavía mas sentido común, respeto, solidaridad, etc. En conjunto un buen veterinario necesita ser buen ser humano. Y quien se está preparando para ser Veterinario en mi opinión esta incluído dentro de la profesión, porque a ser Veterinario no se aprende solo en los libros.
Porque estoy convencido de ello me entristeció también que en este foro donde se busca jerarquizar la profesión, un ser humano fuera insultado, reprimido y finalmente expulsado. Me quedó la amarga sensación de que en este sentido el foro fue manejado por algunos colegas de forma que en vez de incluir, excluye.
El motivo que yo ví: intolerancia. Incapacidad de aceptar unas cuantas verdades y perdonar una o dos frases mal expresadas. Proyección de la propia soberbia en una joven a la que no estaban viendo cara a cara.
Pienso que esta extrema intolerancia se trató de camuflar tras el título, que nos da la licencia para ejercer la profesión, pero no otorga los valores humanos que nos enseñan primero nuestros padres, luego nuestros maestros, y siempre, la vida.
Por eso creo que ser Veterinario significa tener ese cuadro en la pared que ganamos con mucho esfuerzo, pero para estar orgullosos de él tenemos que demostrar a que amamos lo que hacemos, estimular a los jóvenes a crecer y no tratar de aplastarlos cuando se salen del carril.
Me siento orgulloso de que una estudiante haya logrado sacudir las rígidas estructuras de las que algunos se aferran y movilizar a los participantes, en el sentido de hacer aflorar valores humanos que creo inseparables de los técnicos, en cualquier carrera. En más de 20 años de profesión aprendí que los jóvenes inquietos y entusiastas también tienen algo para enseñar a quienes no pretendamos conservar un título "nobiliario" como dijo muy inteligentemente un colega.
El Dr. Hutter también mencionó que tenemos que sacar lo positivo de esta experiencia. Quiero hacerlo entonces. Un estudiante de Veterinaria se expresó en este foro de discusión de temas veterinarios, usando un lenguaje que demostró una buena preparación, cultura e inteligencia. Cometió el gran error de pretender dialogar "de igual a igual", tal vez olvidando que no se encontraba en el ámbito de la Universidad.
Con respecto a la mala praxis, simplemente se expresó con sentido común y mostrando la intención de aprender de nuestras experiencias para saber en el futuro enfrentarse a esas situaciones con integridad.
Sin tener cara a cara a esa persona se la acusó de "pedante, soberbia e irrespetuosa". ¿Parecería entonces que un estudiante tiene que expresarse mal? ¿Fingir que no entiende lo que se está discutiendo?¿Fingir que no "sabe" nada?
A mi entender demostró que sabe muchísimo: sabe que ser veterinario le involucrará una vida entera de estudio, sabe que tendrá que luchar para mejorar la visión del veterinario frente a la sociedad, sabe que el ser humano se equivoca todo el tiempo. Y ahora sabe que los dinosaurios no se extinguieron.
Pidió disculpas con total respeto, carente de necedad cuando simplemente se había expresado "mal"; y a pesar de ello se le continuó faltando el respeto y calificando despectivamente, como mencionara la Dra. Medina.
Yo creo que esa joven mencionó en una primera ocasión la soberbia de quienes creen que no tienen nada más que aprender; y creo que hoy le doy toda la razón, a pesar de que en ese escrito no logró hacerse entender. Tal vez algunos no tienen ningún interes en entenderlo o simplemente no están de acuerdo y no pueden tolerarlo.
Toda mi vida soñé con que se escuche a los jóvenes y se los aliente a superar al maestro. Pero lamento abrir los ojos y encontrarme con que se tituló como encaminar, guiar a la reflexión, a lo que fué un abierto desprecio.
¿De qué tienen miedo? ¿Por qué no compartir lo que hemos aprendido con la experiencia? ¿Por qué no permitir que compartan su aire fresco con nosotros?
Roberto Villamil Barrios
Santiago de Chile.